Una de las actividades más comunes a la hora de entrenar y que, hoy por hoy, más éxito está teniendo entre los deportistas es el running, ya que se trata de un ejercicio que puedes realizar indoor o en la calle y que es está al alcance de todos.
Pero el correr no simplemente es eso, sino que conlleva la necesidad de ir bien equipado, con unas buenas zapatillas, algo de lo que hablaremos en el siguiente post, y de conocer muy bien cómo es tu pisada, para saber, entre otras cosas, qué zapatillas comprar. Se trata del estudio de la pisada.
Si eres corredor, o si no lo eres, es más que recomendable que realices este estudio, puesto que te permite ver las deficiencias y alteraciones mecánicas que pueda presentar tu cuerpo, para así poder mejorar el confort y el rendimiento deportivo, y que realizamos en Century Fitness en nuestro gabinete de podología.
El estudio biomecánico de la pisada puede ayudarnos a averiguar algo que no todo el mundo sabe, y no es otra cosa que saber cómo pisamos, si somos pronadores o supinadores, y, por lo tanto, nos permitirá decidir qué zapatilla es la mejor para nosotros o si necesitamos utilizar plantillas especiales para salir a correr. El estudio de la pisada también te puede ayudar a prevenir lesiones y a realizar una carrera más eficiente y efectiva.
Entre los datos que nos proporciona un estudio de la pisada está la detección si hay en nuestro cuerpo descompensaciones o desequilibrios en nuestra postura, o incluso si existe alguna lesión de la que no nos hayamos percatado en las rodillas, los pies o las caderas. Te permite descubrir y a conocer mejor cómo funciona tu cuerpo.
Eso sí tienes que tenerlo en cuenta: un estudio realizado en un centro médico, un estudio clínico, es diferente al que se puede hacer en un centro o establecimiento deportivo, ya que con el estudio de la pisada clínico, vamos a tener, con casi toda seguridad, un diagnóstico mucho más completo y con orientación sobre lesiones antiguas y prevención de lesiones futuras, o incluso nos va a decir si necesitamos visitar a un fisioterapeuta. Generalmente, en este tipo de estudio preguntan por tu historia clínica y el tipo de entrenamiento que realizas y con qué frecuencia, y, luego, se realizan varias pruebas en las que, entre otros aspectos, se analizan y se valoran los rangos de articulaciones como pueden ser los tobillos, las rodillas y las caderas.